Conjuntos matemáticos

   Y es que hoy hace demasiado calor como para escribir profundas reflexiones sobre la desigualdad social, o sobre la discriminación étnica, religiosa o sexual, pues además, hay un vaho tibio rodeándome el cuerpo, insuflando mi cerebro con candela tropical.

Más me apetece un buen bailongo, mover las caderas un largo rato al son del tuntún y la cerveza helada, acercarme más de lo debido hasta tu cuerpo y deslizarme entre tus cándidos sueños, nariz con nariz... ¡Cataplás! Lo sé bien, desde pequeño, no puedo coordinar un movimiento complejo más allá de medio minuto.

Esa misma torpeza motriz que me avienta al suelo cada que intento bailar, también me impide tocar la tambora para enervarte, para llevarte hasta el éxtasis místico de la música, y así, poseída por las lúbricas fuerzas de la noche, arrojados al trance, sátiros y ninfas nos envidiarían al despuntar el alba.

No queda más que la esperanza, cuando menos probable, de enamorarte, de meterme a tu cama bajo las tersas sábanas, bajo el pretexto de mostrarte los infinitos infinitos, de alertarte sobre las esquivas paradojas, de enseñarte como se construyen los primeros números que conociste en la infancia. Así, entre axioma y axioma: mil besos; de teorema en teorema: el primer infinito de caricias; ¡e imagina cómo podríamos festejar por cada nuevo corolario que descubramos juntos!

TVyKaposi

   Pues bien, este su blog favorito se ha dado a la tarea de desentrañar algunos de los fraudes y malversaciones cometidas por el blog de Grace. Pues además de además de postular como SexSimbols a los Elías con fotos PhotoShopeadas de evidentes retoques, clarísimos para cualquiera con más de dos dedos de frente (nada personal Pancho). También ha puesto a este su servidor en sus muchos fotomontajes, la última vez en una tremenda borachera (de la cual yo ni estuve enterado), en la que además aparezco golpeado y con falsísima cara de chiste.

Pero a lo que nos atañe ahora, es que Gracie practica la explotación infantil incluso con las animaciones más queridas por el publico conocedor: ha sometido a Bart, el pequeñuelo de pantaloncillos azules y resortera en el bolsillo, para que publicite su Blog, una tarea que se ha visto forzado a cumplir dado que Gracie no le devolverá su resortera hasta que llene la pizarra con halagos. ¡Que villanía la de Gracie!

He aquí la prueba irrefutable de tal abuso:

¡Seguiremos con la investigación!


En tanto si quieren ver el rostro más perverso de Homie Simpson, pues allá ustedes, vayan bajo su propio riesgo, y sí son mayores de edad, pues clickeenle aquí, neta no es para cualquiera, absténganse quienes estudiaron en alguna escuela católica.

Foto Infinita

   Todo quehacer del hombre es arte, es pues una técnica finamente depurada, mas no todo producto humano es obra artística, cuestión de sutiles diferencias. Todas las artes gráficas suelen abusar de la reflexión, y no dudo que las demás no lo hagan, resultando de tal abuso la representación de la técnica misma: filmar la filmación, pintar al pintor, escribir sobre el escritor.



   Este embeber a la técnica en la técnica misma demuestra un dominio sobre ella, una vanagloria de sí misma. Se genera una especie de efecto de espejos: el hombre atrapado en las infinitas representaciones que se crean al enfrentar dos espejos contrapuesto. Nos quedamos solo con una vaga idea del absurdo y la belleza del infinito, de la eternidad, del por siempre y del nunca jamás.



   Los Fotologs pululan hoy en día, la red rebosa de fotografías vulgares, las mejores son las que parecen sacadas de álbumes familiares o las que demuestran una verdadera práctica de la fotografía, los peores casos son aquellos que intentan sublimar con brillantina la cotidianidad. De entre todo este mar avasallador de imágenes hubo un de genero de ellas que ahora persigo incansablemente: la cámara capturada por la cámara.

Hoy amanecí adolescente

¿Quién dijo que berrear era cantar?



¡No cantemos más amigos míos!



¡Berreemos!



¡Así como nos mostró Cobain!






Que al fin a mi amiguita Aura le gusta este güerito desaliñado, éste que dizque tenía una bandita alternativa a principios de los noventas, ella hasta dice que le resulta sexy y papacito.

Cuestión de sintaxis

   Una señora ya de edad (vaya eufemismo para no decir vieja), el otro día me encontró trabajando en el changarro de mi madre, y sorprendida me dijo:


   -Que bueno verlo, joven.


   O fue más bien:


   -Que bueno verlo joven.





[Me quedo con la segunda versión, si es que usted me lo permite.]

Cuídense...

Estimado Digler:

   ¿Qué si se lo he dicho a ella? ¡Vaya que si se lo he dicho! En muy diversas formas, oculto entre mil sofisterías y crudamente al desnudo, pero ¿de qué ha servido todo aquello? La verdad no lo sé, pero las cosas no cambian, tanta palabrería resulta estéril. Esta tierra que antes cultivamos juntos, ahora se resquebraja merced este agobiante eterno medio día, pues el sol se ha negado a desfallecer ante el inminente miedo de sucumbir a la noche y no surgir mañana, así también el labrador prefiere ver morir su cultivo lleno de memorias antes que gastar su sangre en ajenas aunque fecundas tierras.

   ¿Ella sabrá lo que siento por ella? Tampoco tengo respuesta a esto, nunca sabré si la alcanzan mis gritos, mis súplicas, mis lamentos... la lejanía todo lo mata, o lo minimiza, y ella está ya muy lejos, lo sé bien porque tampoco le escucho. Admitámoslo amigo mío, estamos corriendo tras fantasmas cobrizos, cazamos sombras, perseguimos la luz de estrellas extintas hace eones. Jamás enviarás esa carta, ya menos la mirarás a los ojos mientras le relatas tus andanzas en Babilón. Igualmente, no hay esperanza alguna de recibir un indicio, alguna reacción, algo de ella, nada, ni más ni menos, nada.

   Mas, ¡Qué importa! ¡Qué más da! ¿Acaso escribimos para recibir respuesta, para trastocar el mundo, para cambiar nuestra fortuna? No lo creo, así como tampoco escribimos para nosotros mismos, ni para esconder nuestras letras bajo el catre, ni para decir algo. Escribimos para nada, ni siquiera escribir por escribir, simplemente lo hacemos por nostalgia a la nada.

   Pero tanta gratuidad es solo defecto de Dios, en el fondo, lo sabemos bien amigo mío, deseamos ser leídos, con todo, hasta esto nos fue negado, ¡que desdicha es nuestra suerte!, pues decía otro de mis maestros, que los textos tienen su propia vida, su propio destino ajeno por completo al nuestro. Los lectores leen esto, lo que alguna vez pareció ser parte nuestra, pero que dejo de serlo al colocar el punto final.

   Ande, no me haga caso, vaya a verla si puede, tome su mano y estréchela fuerte, nárrele todo, desde el alfa hasta el omega, embébase en el elixir de su mirada, y piérdase entre sus labios. De ello nada deje escrito, pues lo perdería todo.

   Reciba un afectuoso saludo desde esta tierra de coyotes.

   Espero se halle lo mejor posible allá, en la ubicua Babilón.

   Cuídese mucho.

Atte: Añejo Armatoste Flotante
(antes NaHaN)            

edwardolive

Nadie recordará esto. (El pretérito no perfecto)

   Cuando te amaba, y no es que haya dejado de hacerlo, iba muy seguido a buscarte hasta tu escuela, pero la incompatibilidad de horarios me obligaba a abandonarte por largas horas. Con todo, este relato no trata sobre nosotros. Un día me dijiste que, en una de tus solitarias caminatas de media tarde, habías visto allá en el viejo rincón (que yo descubrí para ti, y que más tarde nos fue usurpado) a un par de amigos bien abrazaditos y comiéndose a besos. Pero vieras que rico se veía aquello, anotaste un poco apenada al final. Sólo me preguntaba por qué cuando nosotros estábamos en aquel rincón no nos devorábamos a besos, y no es por deformar la historia, pero de mi parte siempre estaba el intento, eras tú quien se oponía. ¡No, aquí no, exclamabas, no vaya a ser que alguien nos mire!

Homenaje

vainillina

   -¿Dónde está Gus?- le pregunté a mi pequeño amigo quien de inmediato alzó la capota (le gusta decirle capota) y comenzó a ejecutar el pocas veces apreciado concierto a cuatro alas que lentamente se fue perdiendo en la lejanía.

Zum... zum...

zum... zum...

A la mañana siguiente, al poner los pies fuera de la cama escuché un somero crujido.

Cruash

Levanté mi pie...

ahí estaba semiembarrado

...mi pequeño amigo.

   -¡Oh, lo lamento tanto!

   -No te preocupes- masculló su mandíbula -de cualquier forma hoy iba a morir.

   -¡En serio!- repelé con fingida sorpresa.

   -Velo tú mismo, allí en el calendario...

Ciertamente, allí lo decía con toda claridad.

28

Muerte de la Luciérnaga.

   -Pero bueno dime dónde andaba Gus.

   -Lo encontré en una sucia taberna, como es su costumbre, abrazado de una jarra de curado de guayaba mientras lloraba sus penas.

   -¿Pero qué penas?

   -Pues las que le ha causado ella.

   -Las que se inventa dirás mejor.

   -Las que nos inventamos todos, sin duda.

   -Y ¿quién es ella?

   -Ella es quien le provoca estos desvelos, quien lo enraíza al placer del dolor en este mundo tan desarraigado, quien le da motivos pa' seguir chupando hasta perder el equilibrio.

(¿No hay moribundo que no se crea poeta?)

   -¡Al carajo! ¿Quién es ella? ¡Con nombre y apellido! ¡Quien es ella, ella, ELLA!

   -¡No grites, no ves que me duele la cabeza!

   -¿No será más bien que te duele el abdomen?

   -No, es que traigo una resaca de los mil Baygones.

   -Ya veo, por eso te quedaste tirado junto a la cama. De cualquier forma, no ha de ser un lecho de rosas morir aplastado.

   -Para nada, es tradición de la especie morir como mártires, y yo sigo fielmente esta costumbre. ¡Imagina qué diría mi madre si supiera que mi mejor amigo me ha asesinado! ¡Cuanta ignominia, cuanto orgullo, cuanta gloria!

(De su abdomen remolido seguía escurriendo un curioso liquido fluorescente, con el cual jugaba entre mis dedos)

   -¡Oye, más respeto! ¡Deja mis vísceras!

   -Está bien, está bien, pero ya dime cómo se llama ella.

   -La verdad, la verdad... (noté su verde sonrojo) ...pues estaba muy borracho cuando me dijo su nombre.

   -Apenas un traguito de pulque y te da amnesia. Y me decías que ustedes heredarán el mundo, ¡vaya herederos!

Fui hasta la cocina para traer la escoba y el recogedor.

suap... suap... suap...

que pegajosas son estas entrañas...

suap... suap... suap...

Camino al jardín, desde el recogedor y con tono ceremonioso me preguntó.

   -¿Me vas a arrojar al pasto para que me desmiembren las hormigas?

   -Como es costumbre.

   -¿Sabes que los científicos han demostrado que puedo vivir sin cuerpo por largo tiempo?

   -¿Qué pretendes?

   -Mira, qué tal si mejor me arrancas la cabeza y la pones sobre tu cabello, ándele, quiero ver por última vez al mundo desde las alturas.

Luego, después, posteriormente al examen final.

   Salía Mr. Cancrillo de realizar su último examen, el último de este jodido semestre al menos, cuando me lo topé rondando como bestia en celo al rededor de su Facultad. Le saludé, me saludó, y luego abruptamente irrumpió con lo siguiente:

   -Tengo ganas de arrimarle el pilín a un par de nalgas sabrosonas.

   -¡¿Ah?!

   -No carnal, no a las tuyas, a menos que no hubiera otras, pues...

   -¡No, no juegues! pero si estás hecho solamente de tabaco, papel y filtro, ¿acaso tienes pilín? ¡pós dónde! - Creo que Hojarasca se ofendió un poco debido a mi burla, y luego de unos instantes de incómodo silencio, agregó.

   -Mira carnal, poco te interesa la naturaleza esotérica de mi pilín, tu nada más consígueme una linda cerillita cabeza de azufre que sea fácil de seducir, déjanos solos en la intimidad de una cajetilla vacía y ya verás, ¡haremos fuego!

   Me apresuré pues a conseguirle una cerilla, como para limpiar un poco la conciencia de haberle ofendido antes. No fue una tarea sencilla, la mayoría de las cerillas, tras haber pasado largos meses de encierro, optaron por hacer de las suyas con las de su mismo genero. ¡Tremenda orgía en que las hallé! Por fin luego de escudriñar en varias cajetillas, encontré una linda cerilla de madera que aceptó conocer a Mr. Cancrillo, pues es bien sabido que las cerillas con alma de árbol son más naturales, más firmes, y suelen mantenerse castas entre ellas. Pero la castidad se le fue en un abrir y cerrar de ojos con Mr. Cancrillo.

¡Que dichosos!

   Por cierto, ¿qué estudiará Hojarasca?

Memoriza(n)do

   Sí, te extraño muchísimo, no lo niego, pero ya no lo vocifero a los cuatro vientos, simplemente lo dejo flotando en el dorado silencio.
   Con enfermizo gusto ayer descargué lo poco que hallé de tu esencia digitalizada. Hoy, con tremendo gusto lo escuché y lo observé todo más de diez veces. Cada palabra que entonó tu voz me recordó a la perfección tus gestos al hablar, tus maneras suaves de mirar, tu nariz fría sobre la mía y tu cálida mano apretando la mía. ¡Ah, es la nostalgia que no me abandona, el deseo quebrantado que clama por otra oportunidad! El eterno retorno, en este caso, no existe más. Sin embargo, para Winamp la repetición es una trivialidad, play it and play it again, and again, and agian!