viernes, diciembre 28

Y así como llegamos, nos vamos.



   Apenas terminó de engullir su parte, limpiándose las barbas me dijo: Estar callados es de villanos. Anda, cuenta algo. Lo poco de cuentista que tuve no fue más que un sueño, y uno prestado. Infestar mi boca con una grasosa rebanada de pizza me parece lo más benéfico que puedo hacer por el mundo. ¿Hablar, de qué?

   -¡De lo que sea!- me insistió -¡Hoy es navidad! Dime, ¿qué quieres hacer luego de cenar?

   Mi mandíbula se detuvo al instante.

   -Esta bien, solo era un pretexto para pedirte un poco más de esta... ¿cómo le llaman a esta cosa ustedes? Para nosotros es basura, ¡exquisita basura!

   Le dí el resto de mi rebanada, me limpié los bigotes, lo vi con repudio, y dije.

   -Ahora me escuchas, te vas hasta que termine, no me importa que amanezca.- él ni se inmutó, siguió royendo el queso -En estas fiestas siempre me dan ganas fumar y escribir hasta amanecer, ya cuando las cenas se han terminado, ya cuando los parientes borrachos han quedado tendidos en el sillón, cuando la cabezas de los mocosos chillones se llenan de pesadillas. Pero no, jamás escribo. Ni leo, ni hago nada. Me quedo en la pendeja escuchando música.

   Por largos minutos el rechinar del queso contra sus mandíbulas impregnó el ambiente. Al terminar con al rebanada, se limpió de nuevo las barbas, y espetó.

   -¿Eso es todo, o acaso ya amaneció?

   -De esta noche no salimos.

   -No me hagas reír, podría reventar mi barriga. Decía una vieja que ella vio a su novio reventar cual palomita de maíz, ¡lo imaginas!, de ahí que decidiera llamar a sus críos frijolitos, a esos nadie los revienta, nomás los machacan, y de hecho así terminaron sus días aquellos. ¡Te digo que no me hagas reír!

   -Ya no sé que más decir -un hondo suspiro recorrió mis entrañas.

   Se limpió cuídadosamente las patas, y trepó con parsimonia por mi brazo, balanceando su rechoncho abdomen, se acomodó sobre mi hombro, encendió un minúsculo porro, e invadió mi silencio.

   -Mira, si no tienes nada que decir, ni lo digas. No hay porque marearse, ni marearme, en circunloquios a la nada. Eso déjalo para los teólogos. A nosotros solo nos fue dado reír -aspiró con vehemencia el porro- no te perdonaría, bajo ningún pretexto, que no supuieras reír.

   Una gran sonrisa de luna menguante se dibujo apretadamente en mi rostro.

   -¡Vámonos! ¡Dejemos tooodo! ¡Volemos lejos! ¡Jaja jaja!- reí como hacía mucho. Mi pequeño amigo cayo de mi hombro apenas levanté vuelo, dio tres tumbos en el sillón y me reclamó por la pérdida de su humadera- ¡Vamos, flotemos en otro lado!

   -Lo siento amigo mío, las alas que guardo bajo este añejo caparazón no son más que el recuerdo de mis ancestros que en algún tiempo volaron, pero yo jamás. Mi lugar está en las oscuras grietas de la tierra, en las escurridizas sombras de la noche, en la pestilencia de la muerte.

   -¡Nada de eso!- y en esto soy irreductible – no le perdono, ni al más bajo de los insectos, que no pueda volar.

   Con los pies por las nubes, y mi dedo como juez y verdugo, le aplaste sin más miramientos que poder volar.











Abandonamos este barco,
para saltar al mar,
hasta pronto.

5 Comentarios:

  • A la/s 10:41 a.m., diciembre 29, 2007, Anonymous Anónimo dijo...

    Oras!

    ando de prisa y no leí nada mas que el último párrafo... prometo regresar y leer todo lo que no he leído y comentado...

    que tenga buenas vacaciones [si es que entendí bien]

    Abrazo don!

     
  • A la/s 4:24 a.m., diciembre 30, 2007, Blogger Greis dijo...

    que rico.. el mar!!

     
  • A la/s 9:10 p.m., enero 16, 2008, Blogger SoulRush dijo...

    En el mar la vida es mas sabrosa...

    Aunque uno acabe suicidandose en el mar como Alfonsina...



    Aunque las hormigas "resucitan" despues de cierto tiempo.. Creame... lo vi en el Discovery Channel... Y en eso tengo Fe...

    ¡Hasta superman y jesucristo resucitaron!

     
  • A la/s 11:14 p.m., marzo 25, 2008, Blogger Greis dijo...

    jajaja.. todo pensamos que se iba de vacaciones!! jiijiijiji

     
  • A la/s 7:47 p.m., marzo 26, 2008, Blogger Ana Soria dijo...

    Volar es la mejor manera para olvidarse de los silencios y de las palabras… no es necesario decir, sino sentir en ese estado que los humanos tanto anhelamos cuando no tenemos alas físicas, aunque en la imaginación todo se logra… interesantes letras

    Pasaba por acá desde una redacción catatónica…

     

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