miércoles, noviembre 28

#$&!tazo


   Lot llegó aquel día muy contenta a clase. Tomó asiento junto al ventanal. Afuera, sobre el pequeño patiecillo, un esplendido sol de otoño se filtraba entre las nubes, y un ligero viento estremecía las hierbas.

   Ayer, la madre de Lot fue de compras. A su regreso, llamó a su adorada hija para entregarle un pequeño obsequio. Una transatlántica sonrisa circunnavegó el rostro de la diminuta niña.

   Como nunca, Lot hizo su tarea sin la menor queja. La maestra, distraída por la tremenda negación de un alumno para entender la victoria que hay en la división, ni siquiera se percató de la estupenda labor de su más joven estudiante.

   Tras guardar sus útiles, Lot comenzó a jugar sobre la mesas. Aun distaba mucho para que su madre viniera a recogerla. ¡táz! ¡táz! ¡táz! Jugaba sin hacer demasiado alboroto, pero su deslumbrante alegría llamó la atención de la profesora.

-¿Qué haces Lot?- se acercó -¿Ya terminaste tu tarea?

-Sí,- sus ojos se abrieron cual dos enormes botones -¿Quiere jugar conmigo, maestra?

-Y, ¿a qué juegas?

-Tazos, maestra, juego tazos.

   La maestra tomó uno de los tazos de la mesa, lo miró por ambos lados, gruño un poco, caminó hasta el librero, sacó algo de entre los libros, y volvió junto a Lot.

-Estos sí son tazos- profirió remarcando el sí.

-¿Cómo?- la niña revisó sus tazos con cuidado y desconcierto.

-Comparalos,- le entregó una bolsita llena de tazos de veras -ves cómo son distintos, los tuyos son de cartón, estos de plastico, los tuyos son piratas.

   Los esplendidos ojos de Lot se opacaron, bajó la mirada. Aun en medio de su decepción, un minusculo anhelo surgió.

-Bueno, ¿pero juega con mis... bueno, conmigo?


A ver, ¿cuál es la moraleja?

10 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal