Este pinche frío..
...me deja con el pilín del tamaño de un maní.
Lo cual no es preocupante (sí es que alguien se preocupó), al contrario, caigo en una cruda existencial exenta de la habitual desesperación por desbordar. Digamos que hay serenidad.
Fue en esta reciente serenidad que trajo la arremolinada cola del huracán (¿alguien sabe el nombre de este último?), cuando entre sienes vislumbré como es que todo ha caído en su exacto lugar, cómo es que el destino nos ha envuelto tan suavemente con ese manto tibió de libertad.
Aquellos que soñaban, aun despiertos, con la extinción de la porquería humana, con todo y heces, hoy simplemente son quienes más han embonado, cual divinas piezas de tetris, en lo que antes les causo repudio. ¡Es que lo estamos cambiando! ¡Es que no sabíamos lo que decíamos! ¡Es que no hay de otro modo! se excusan unos con otros. A mí no me importa más.
Aquellos que guardaban sueños de igualdad y libertad bajo sus almohadas, ahora preservan lo que más les importa en bóvedas y bancos, tras treinta uniformados. ¡Es el futuro de mis hijos! ¡Es para sobrevivir en esta crueldad de mundo! ¡Yo invierto en mi país! ¡Bah! ¡Qué va! Mis oídos se ha tornado sordos ante estos lamentos de traición propia.
Sólo los cínicos, entregados, sino vendidos de antemano, logran traerme a colación una sonrisa. ¡Si tengo tanto varo, es para el despilfarro! ¡Los placeres son caros, y no me niego a pagarlos! ¡Pobres pendejos estos que acarrean como hormigas hojas a sus graneros, sin saber que mañana ya no estarán para gozar del fruto de sus vejaciones!
Mientras que, quienes nunca aspiraron nada, jamás lucharon por algo, ni ansiaron hasta media noche el sosiego de la carne, ellos están salvos. Cruzan por las calles haciendo lo suficiente, lo bastante para ser felices, y nomás. Tachados de mediocres, no exclaman siquiera en su defensa. La vida es fácil, lo complicado es notar esto.
Más no me cuenten entre estos salvos, ¡para nada!, admírenme aquí en grotesco espectáculo, en este obsceno intento de encajar donde bien sé que jamás entraré.