jueves, diciembre 20


   Ahí estaba ella, con su mirada esquiva, con sus labios apretados, sorbiendo a ratos su cerveza, justo al otro lado de la mesa.

   Ahí estaba él, sentado a mi diestra, con su mano puesta en mi pierna, intentando atraparme con su lengua.

   Yo ni siquiera estaba. Era menos que un bulto. Un barrunto soñador, en la pendeja, la nada.

   Y allá fuera todas las veinteañeras lloran la perdida del amor de sus vidas.



2 Comentarios:

  • A la/s 6:26 p.m., diciembre 25, 2007, Blogger Ed dijo...

    chale ... por eso de las veinteañeras...
    que pedo con la pedrada don???

     
  • A la/s 6:48 p.m., diciembre 25, 2007, Blogger SoulRush dijo...

    Despues de todo... solo queda llorar!

    "S-m-e-l-l-s L-i-k-e T-e-e-n S-p-i-r-i-t"

    [Los recuerdos bañados en lagrimas siempre se contaran mejor]

    Partiendo del hecho que -el dolor nos recuerda que estamos vivos- Cosa engañosa eso del "dolor", muy a pesar de eso... Lloremos pues aun somos veinteañeras!

     

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