domingo, agosto 12

Broche de Oro


   Excelente último viernes de vacaciones. Sobre lo sucedido ese día, lo publicaré más tarde cuando los legisladores se convenzan de que todo lo sucedido ahí debería ser legal.

   Mejor les cuento sobre el amanecer: una chela aguardando en el refrigerador (aun hoy aguarda), bastantes cigarros en rededor, una computadora sobre mis piernas y en la pantalla de ella se hacía la evolución; un perro mudo descansaba sobre mi pecho y el humo surgía insípido entre mis labios, por mis venas aun circulaba un mínimo suficiente de alcohol. ¡Que mejor amanecer!

   Claro que mejoró con el último partido de ajedrez. ¡Ya nada más se podía pedir!

¡Genial!



¡Vamos, vamos tooodos por las chelas!




Cuídense... y gracias, gracias a todos ustedes.

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