domingo, enero 14

¡¿Atharax?! Sip, Atharax...

Miren a lo que hemos llegado, antes cuando uno iba a tener una cita con alguien que provocaba en nosotros ciertas emociones encontradas, o que nos sobreexcitaba, o a la cual teníamos pavor, ira o alguno de esos estados de ánimo poco gratos, y muy distantes de la tranquilidad y la vana alegría, pues uno no tenía más opción que declinar la cita o aguanterse lo que sucediera, poner buena cara y retorcer poco el ceño.
Pero ahora, ¡los psicoquímicos nos han salvado! [Bueno a mí sí me han salvado.]
Hace tiempo el medico me recetó un tranquilizante, me dijo: media tableta por la mañana, media por la noche, pero yo, necio y tozudo, me negué a reprimir mis psicopatías con químicos.
Ahora, rendido y agotado, por tanta psicotormenta, pu's no tuve más que, como Ibargüengoitia, hagacharme y decir que si a los psicoquimicos. ¡Y vieran que funcionan! Mi propia prescripción: uno antes de la cita, uno despues, por si las dudas. Lo que se me olvidó fue llevar uno en el bolso en caso de emergencia.¡Rayos!
No me quedó más que salir huyendo apenas sentí la necesidad de amancebarme como oveja. En verdad que la docilidad y la felicidad del rebaño es incomparable, y ahora la tengo al alcance de una pastilla.
Aun me quedan diez de esas milagrosas pastillitas, planeo usarlas bien, claro antes de que caduquen.
Así que si me notan tenso, alterado, paranoico o simplemente sumergido en una incomodidad sofocante, griten:
¡¡Atharax*!!

Y todo parecerá haberse resuelto...


*Por cierto esa es la marca de mi tranquilizante, que también es MR.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal