Reyezuelos...

Bien pues, me aguardan tres días dificiles. [Expliquemos un poco más.]

Mi hermana, desde hace tiempo mantiene un negocio de Tuppers*, el cual sólo existe los domingos en el comerncio informal de mi cuadra, de este negocio soy empleado ese día a la semana, en general trabajamos poco, ganamos poco, pero comemos mucho. Aunque últimamente este trabajo se ha vuelto menos soportable gracias a la presencia de mi otra hermana, con su negocio de ropa, y sus hijos. [Admito que en general llegan a ser simpaticos esos dos mocosos, ¡pero vamos! ¡no cuando gritan, corren, patalean, y hacen destrozos en la chamba! No, no, no, muy mal plan.]

Mañana, querido postlector, es 6 de enero, también conocido como Día de los Santos Reyes. Día en que toda la chamacada ansia recibir un regalo dizque de procedencia divina.
¡Pero que divinidad ni que mis... huesos! Todo sale de pobre salario de sus padres, con todo, los padres acceden con un simple chantaje sentimental: creen que tales juguetes volveran "felices" a sus hijos. [ja!]

Aquí es donde vengo al cuento. Aprovechando está urgecia emotiva de los padres, nosotros [mi hermana y yo] les proporcionamos el medio natural para la obtención de una sonrisa mañanera, no muy duradera: ¡Les vendemos juguetes!

No somos somos fabricantes, ni tratamos directamente con los productores, sólo somos viles y sanguinarios revendedores. Si compramos algo de a 12 varitos, lo revendemos a 22!!! [sé que no debería admitirlo tan descaradamente, pero pues de eso vivimos.]

Como fuese, mañana a poner el negocio, y el sabado también [no vaya a ser que haya un rey mago despistado que no compró a tiempo], y peor aún, el domingo también!!! ¡Tres días seguidos! espero sobrevivir.

Sí quieren jugetes bara-bara, saben cómo contactarme.

¡No sean avaros! ¡Regalenle algo a sus sobrinos, vecinos, conocidos, niños de la calle!

*Eso de "Tuppers" es un decir, la verdad son piratas, jeje.