Great balls of hair!

Está bien, ya no tengo pretexto...


Aquí Jerry Lee Lewis para los que entendieron la satira.

Hubo dos razones, por un lado no quería salir de mi casa, por cuestiones de agorafobia, por otro lado quería poner un calendario nuevo en mi cuarto, el que estaba allí ya se veía un poco viejo (era del 2005, extraño año por cierto). Así comienzan los huracanes con el aleteo doble de una libélula.
El calendario estaba colgado de una alcayata (¿así se escribe?), lo que me hizo precipitarme a poner otra para sotener una tablita de esas que sostiene hojas o demás, de esas tablitas de aglomerado con pinza como de encuestador callejero. Bueno, una vez con taladro en mano, pues que pongo otras tres para colgar unos tamborcitos que tengo, y un tornillo para colgar el ventilador. Tanta perforación dejó mucho polvo, y comencé a limpiar los muebles con un trapo, pero pues todo caia al piso. Dije, bueno me pongo a barrer, pero antes sacudo las repizas, y sacudiendo las repisas pues me puse a limpiar cada chunche y libro que había en ellas, cosa que me llevó cerca de dos horas. Ora sí, a barrer, pero hacía tanto que no barría que me decidí a mover todos los muebles para limpiar a conciencia, y quedó más limpio que mi conciencia. Con todo y que ya eran las 12pm, pero seguía estando polvoso el lugar, tuve que trapear, lo cual requería una lucha contra la jerga que andaba bien pueca la condenada. Ya trapeado, a regresar los muebles a su lugar, pero ¿qué creén? pues que la cama había quedado bañada de polvo, no quedó más que cambiar todo lo que la cubría. Ya acomodado todo, pues a lavar algunos trapitos sucios (literalmente trapitos, ya otro día hablo de los otros). Amarré la enorme bolsa de basura llena de bolas de cabellos, cuasi-artesanias (conocidas también como pelusas gigantes), un montón de papeles, 25 cajetillas de Camel llenas de cenizas (no imagine que fueran tantas) y un rollo vacío de papel aluminio, luego me pusé a escribir esto, pero no se preocupen, me lavé las manos antes.
¿Y el calendario nuevo? Pues, bien gracias.

...ahora nomás te falta un buen pretexto para venir.