sábado, abril 21

XV años al lado de un cerro (literal)


El sabado fui a unos XV años de pueblo, todo bien fino, pese a ser de pueblo, nada interesante a decir verdad, como Gus bien me advirtió, lo más gracioso fue ver como todos intentaban pavonearse frente a los demás. Hace años que no veía a esa parte de la familia, todos han cambiado, los que eran pequeños ahora son medianos, y nuevos pequeños salieron quién sabe de dónde, lo viejos siguen siendo viejos (esos sí ya no cambian).

[Luego pongo algunas foticos que pude sacar por allá, nada de quinceañera y chambelanes, ni de la misa, ni de la emperifollada familia, no, nada de eso, nomás meros paisajes y el cerro]

Aunque el padre dijo algo muy cagado en la misa, que no citaré textualmente, pero tiene razón, los XV años son para la familia, son para reunir a la comunidad de nuevo, son ciertamente para que la quinceañera se muestre ante todos, no sólo como mero espectáculo, sino también para prometer su pronta integración a la comunidad a la cual debe tanto, pues la quinceañera se debe a sus invitados, a su padres y a sus padrinos. Quien desprecia la fiesta de XV años y en su lugar pide un viaje o un auto, o bien lo hace desde la base de un individualismo extremo, o bien de un reducidísimo sentido de comunidad. Con todo, ahora ya nomás es mero espectáculo, así que tales especulaciones resultan anacrónicas, cha! Jeje.

No vi a mi primo preferido, ¡chale!, pero desde aquí le mando un saludo.

¡Saludos Martincillo!

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