Verídico:

   Me dispuse a tomar mi sieta pre-media-noche, encendí el radio en cierta estación de la amplitud modulada en la cual de diez a doce pasan un programita, que si bien no es bueno, es un exelente soporifero. Dormí placidamente al rededor de una hora y media, y como es frecuente fui despavilándome al acercase la media noche. Fue entonces cuando escuché que el conductor saludaba a una tal Nancy Alejandra, originaria de Coyoacán, DF.

   ¡Nancy Alejandra! ¿Pueden creerlo? ¡En verdad alguien se llama así! Usé ese nombre por dos motivos, el primero por una broma que me refirieron, y el segundo porque efectivamente parecía de telenovela. ¡Jamás pensé que alguien se llamara así de veras!

   Datos personales de Nancy Alejandra: es enfermera (¿otra concidencia?), trabaja en un hospital particular durante el turno nocturno, y es precisamente a esas horas que ve sombras y escucha gruñidos aparentemente sobrenaturales. Dice que hay una sombra que las observa, a ella y a sus colegas, desde el quicio de la puerta de la recepción, que además ha visto a una niña pasar corriendo por los pasillos muy de madrugada, cuando en aquel lugar no debería haber ni un niño. Aseguró que en cuanto le fuera posible se cambiaría de turno, pues pese a recibir menor paga trabajando de día, dejaría de gastar en las medicinas que le ha recetado inutilmente el psiquiatra, disminuyendo así dramaticamente sus gastos.

Acá, por otra parte, buscando en Google encontré a esta Nancy Alejandra:


¿Que historia contará ella?